La arquitectura y salubridad en la cocina
La cocina de una vivienda es un claro ejemplo donde vemos una exigencia fundamental: la salubridad. Vemos exigencias básicas de salubridad como el suministro de agua sanitaria, la evacuación de aguas, la calidad del aire interior, y la evacuación de residuos (ya que en este espacio es donde generamos casi la totalidad de residuos en el día a día).
Y resulta que el espacio de cocina, separado del resto de estancias no fue posible hasta pasada la mitad del siglo XIX, cuando se pudo generar una fuente de calor distinta al fuego (chimenea) y se comenzó a canalizar el agua potable y a realizar un sistema de canalizaciones y alcantarillado para las aguas grises. Todo gracias a la revolución industrial y la industrialización de materiales.
Y aun así, la cocina tal y como la conocemos hoy en día no llegó hasta el s.XX, momento como ya hemos dicho muchas veces, en el que se comenzó a estudiar y a repensar los espacios mínimos habitables de las personas: la vivienda.
La cocina Frankfurt, diseño innovador en arquitectura
La cocina Frankfurt, precursora de la cocina actual, fue diseñada por la arquitecta Margarete Schütte-Lihotzky en Alemania.
Buscó una solución asequible para una cocina, basada en fundamentalmente en dos conceptos: Higiene y ergonomía. Así, con estas dos premisas básicos, estudió la relación del tiempo y trabajo realizado en la cocina, que en esa época además, era trabajo de la mujer,
Dijo:
«Toda mujer pensante debe ser consciente del retraso que tienen aún los métodos domésticos, y debe reconocer que éstos obstaculizan su propio desarrollo, y, por lo tanto, también el de su familia»
Margaret Lihotzky,1926
El tamaño y ubicación de la cocina
El requisito fundamental del diseño de la cocina era aislarlo del resto de la vivienda, pero directamente comunicado con el salón, y que ocupase el mínimo espacio necesario.
Así, planteó unas medidas de la cocina optimizadas a 187x344cm y permitió así reducir considerablemente la distancia entre las actividades para la preparación de los alimentos.
A la cocina se accedía por la puerta que comunicaba al pasillo. La secuencia lógica de trabajo era: zona de almacenaje para coger los ingredientes necesarios, zona de trabajo para preparar dichos ingredientes, zona de cocina para su cocción, comedor para degustar la comida y finalmente zona de limpieza para recoger los utensilios utilizados.
Distribución de los elementos de la cocina
El diseño de la cocina se basaba en organizar tanto las herramientas de trabajo como los espacios de almacenaje en relación con los recorridos y la ergonomía de las personas.
La cocina disponía de dos puertas, una en el pasillo y otra corredera que daba al salón. Si entrabas, quedaba a la izquierda la zona de cocinado y la puesta corredera; a la derecha los gabinetes, cajones de almacenaje de alimentos y fregadero (zona de limpieza); al frente, bajo la ventana, la zona de trabajo.
Materiales y acabados de la cocina
No sólo se detalló la organización espacial, si no también los materiales tanto de los objetos como revestimientos.
Los cajones de almacenaje de los alimentos eran de aluminio y estaban etiquetados para mantener el orden del espacio.
Los frentes de madera de la puerta y de los armarios fueron pintados de azul porque un investigador descubrió que las moscas evitaban las superficies azules.
Las paredes y pavimento debían ser impermeables y fácilmente lavables.
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